Para empezar vamos a ver si cumplís estos seis pasos que dan lugar a un estudio fructífero y que son consecuencia de un buen hábito de estudio:
1. Prestar atención en clase y tomar buenos apuntes. Es el inicio de todo, si la chica o el chico no presta atención en el salón de clase, más tarde no podrá entender aquello que debe estudiar. Sus padres pueden hablar con él o ella sobre si ve bien la pizarra o si tiene cerca a alguien que le molesta porque habla o se comporta mal y ayudarle a hablar con los maestros para solucionar cualquier problema que le impida atender en clase. También es fundamental que se acostumbre a tomar notas durante las clases. Eso le ayudará después a recordar las explicaciones del maestro.
2. Escoger un lugar tranquilo para estudiar. Generalmente, lo más adecuado es su propio cuarto pero si allí no es posible, hay que buscar otros lugares: otra habitación de la casa más adecuada y en la que no haya nadie, una biblioteca o incluso un parque o un jardín donde la concentración sea posible.
3. Lo primero es entender aquello que se va a estudiar. Los chicos no deben memorizar sino razonar. La memorízación de los conceptos llegará después, una vez que se hayan comprendido. Para razonar son muy útiles algunos trucos: subrayar los apuntes o incluso los libros, hacer pequeños resúmenes a modo de fichas cortas y hacer esquemas.
4. Planificar cada jornada de estudio. Antes de comenzar a estudiar, dedicar unos minutos a planificar cómo se va a hacer. Lo primero es elegir las asignaturas que se estudiarán cada día. La mayoría de los cerebros no son capaces de la máxima concentración más de 45 minutos o una hora seguidos. Es importante tener eso en cuenta para planificar la jornada y hacer descansos de 15 minutos tras cada uno de esos periodos. Pero es fundamental que esos descansos no se dediquen a alguna actividad que pueda alejar al adolescente del estudio como encender la televisión o comenzar a jugar en el ordenador.
5. Hacer una buena planificación de los exámenes, las pruebas y los trabajos. Aquí los padres pueden ayudar mucho a los adolescentes, sobre todo las primeras veces. Lo primero es hacerse con un calendario que le guste a nuestro hijo, después marcar cada fecha imporante: pruebas, exámenes, entrega de trabajos… y por último, decidir el tiempo previo que hay que dedicar a preparar cada uno de ellos. El mejor consejo es que nunca lo dejen todo para el final.
6. Descansar bien. Para que el rendimiento escolar sea el adecuado, es imprescindible que chicos y chicas se alimenten bien y descansen. Cuidar las comidas y las horas de sueño suele tener resultados inmediatos en las calificaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario